EL BORDO GIGANTE EN EL LUNA PARK. LA COBERTURA EXCLUSIVA DE ROCK & POP PARA TODO EL PAIS
“…Me quedan los sueños que nunca soñé…”,
rezan los versos de El Regreso, elegida para cerrar su primera y
consagratoria presentación en el Luna Park. El círculo se completó
perfecto, porque el inicio de las más de dos horas y media de show fue
con Soñando despierto. Es así, anoche cumplieron una de las tantas cosas
que anhelaron diecisiete años atrás cuando los amigos del colegio
decidieron formar una banda de rock. Tocar en uno de los lugares más
emblemáticos –con cartel de entradas agotadas incluido- marcará un hito
en su carrera, pero tampoco fue casual. Detrás de esta persecución hubo
mucho trabajo, camino recorrido y madurez. Esa que venimos marcando hace
ya un tiempo y que disfrutamos en sus discos y recitales.
En la vereda. Lo marcaron Tapa
y Torabe en la previa del show. Mientras en la calle la monada agitaba
con cánticos y banderas, en los camarines se vivía una tranquilidad poco
usual. Esa que te da la de saber que está todo bajo control. Sin
histerias, asistentes a las corridas, ni managers enajenados, la
naturalidad con la que esperaban la llegada de la hora señalada, fue la
misma que se transmitió al escenario. Por eso también se disfrutó tanto.
Paseo Lunar. La puesta en
escena estuvo a la altura del acontecimiento. Montada en dos pisos
(Migue y El Cuervo en la parte superior), cinco pantallas de alta
definición oficiaban de fondo de escenario y tres estructuras de luces
imponentes. Eso, sumado al estadio colmado y al color de las banderas y
la energía del público, ofrecieron un marco ideal para vivir la fiesta a
pleno.
Hermanos. “Si hoy nosotros
estamos acá, es por gente como La Renga que nos marcó el camino. Y
seguramente a La Renga se los marcó Manal o Vox Dei, Almendra o Pappo.
Esto es una cadena. Por eso es un honor presentar al gran Ricardo
Soulé”, introdujo Ale a esta leyenda de nuestro rock que aportó el
violín a una hermosa versión de ¿A dónde vas?. El Tano Marciello subió
al escenario para hacer La Pata y El Mono y Maikel de Kapanga tocaron en
Silbando una ilusión. “El que no quiere al Mono, no quiere ni a su
mamá”, tiró el cantante. Completó la serie de invitados Ale Vázquez,
productor de su último álbum de estudio, que se colgó la guitarra para
Instinto.
El traidor. Entre las treinta y
una canciones tocaron, hubo un estreno, adelanto de lo que será el
sucesor de Hermanos, que habla de una furiosa crítica vaya a saber a
quién y también una suerte de aviso para tratar de no cruzarte con
alguno.
La banda. “Vení Diego… vamos a
dedicarle esta canción a nuestro padre, porque es su preferida y además
porque cumple años”, menudo regalo para Don Kurz. La versión arrancó
con la emoción de la dedicatoria y terminó con Ale desencajado cantando
acostado en el piso.
El regreso. Ya era lunes,
afuera esperaba una fría noche y tal vez una larga vuelta a casa. Pero
no importaba nada porque la fiesta había sido completa y nos marchábamos
con el corazón exultante y el alma plena. Mientras El Bordo se despedía
y avisaba: “Qué rápido se pasó el primero, seguramente volveremos al
Luna Park”.
Pablo Zinola
Fotos: José Luis García
Fotos: José Luis García
Lista de tema. Soñando
despierto l En la vereda l Diente de león l Quiero ver l Noche extraña l
Descerebrados l Tipo nuevo l Puerto escondido l Siento l Dejar caer el
sol l Tesoro l Paseo lunar l Así l Con el cuerpo a la mitad l Jazz
barrial l ¿A dónde vas? l El grito l La Patada l Lejos l Silbando una
ilusión l El traidor l Volando l La banda l Instinto l Cansado de ser l A
mi favor l Hermanos l Guerreros del viento l Los perdidos l Existir l
El regreso.